Baño de color sin amoníaco
En ocasiones, llega un punto en el que el estilo que llevamos va perdiendo la fuerza que tenía, dejando un cabello apagado, triste y sin vida. Para solucionarlo, no hace falta empezar de cero para sentirse mejor. Solo basta con suavizar lo que se ha desgastado, devolverle brillo a lo que ha perdido luz y reencontrarse en el espejo con una imagen más viva. Un baño de color sin amoníaco puede ser justo eso: el impulso que devuelve armonía, fuerza y confianza.
En este trabajo hemos aplicado un baño de color para disimular mechas apagadas y sin brillo, unificando el tono del cabello y aportando una apariencia mucho más saludable. El resultado es una melena con luz renovada, suave al tacto y con un acabado natural y cuidado. Un gesto sutil, pero poderoso.